por Gustavo García Sanchez, Médico generalista, ex integrante del ATAMDOS,
Actualmente, es parte del CEBAS Nro 1 de La Plata. Los Cebas son bachilleratos para adultos con orientación en salud creados por Floreal Ferrara en el proceso de profesionalizar a lxs compañerxs enfermerxs, muchos de ellos empíricos en aquel momento.
LOS RICOTEROS DE FLOREAL
Aquella
noche de diciembre del 77, Patricio Rey y sus redonditos de ricota debutaban en
el Teatro Lozano de La Plata. Llegamos con mi amigo niski cada uno en su moto Gilera
(en mi caso la primera que tuve) en la
puerta las atamos juntas con la misma cadena y candado. Terminado el evento
salimos y con mezcla de bronca y sorpresa pudimos comprobar que mi moto había
sido robada. Esa noche por lo menos en mi circulo de amigos comenzó una especie
de devoción a los redondos; de la que no pude participar tan activamente como
en los inicios del rock nacional. Comenzaron las obligaciones, estudiar medicina
y laburar. Admiraba la forma en que ese
grupo iba creando y construyendo una mística particular de la que yo solo podía
participar escuchando sus discos, y no (lo que aun continua) de las peregrinaciones
para presenciar sus recitales.
Pero
en algún sentido, tuve revancha y vivir una experiencia superadora . Me recibí y elegí la Medicina General como especialidad. Así llegue al hospital de
Berisso y me encontré con compañeros que se habían comprometido en los 70 por
sus convicciones y su posición ideológica en salud. A través de ellos accedí al
pensamiento y a la obra de Floreal, y aunque al principio costo, en algún
momento se produjo ese click Gestáltico y comprendí. Y en cuanto evento académico
estábamos nosotros estaba él y donde
estaba él estábamos nosotros – los Ricoteros de Ferrara-. Esa generación de
médicos generalistas construyó una mística singular alrededor de su figura y
pudo sentirla en toda su dimensión. Que coherencia, que potencia para
transmitir la cuestión central en su concepción de salud –luchar para
transformar- , sus disertaciones iban “in crescendo” en todos los aspectos: en
los contenidos del discurso, en el tono de su voz, y la exaltación violenta (incluidas varias
puteadas) cuando hacia referencia a los mercaderes de la salud. Muchas veces cuando
eran interrumpido, o él interrumpía a otro que estaba disertando, hasta
concentrar la atención del auditorio en
su persona, se imponía diciendo “!Dejeme decir esto!, ¡dejeme decir esto! … cuando estaba seguro que todos lo escuchaban, lo
que iba ha aportar estaba precedido por
“Dejeme decir esto, porque sino… me lo
DIGO ENCIMA” que obviamente generaba la
carcajada de todos los presentes.
Y
así fue que muchos de nosotros formamos
parte de los ATAMDOS, hicimos el curso de Medicina Social dirigido y creado por
él, y somos docentes en varios de los CEBAS.
Será
por eso que así titule estas líneas, las
dos historias se fundan en un eje común, ese sentimiento que nos embarga , nos gobierna
y apasiona, al que adherimos y llamamos MÍSTICA. Para luchar , para
transformar, para cuestionar, para
rebelarnos para poner en contradicción todos
los prejuicios, para combatir, para vivir…